Reseña de la Corrosión del Carácter de Richard Sennet (2005)
Trabajo EspañolUniversidad | Universidad de Barcelona (UB) |
Grado | Filosofía - 1º curso |
Asignatura | Filosofía de la Cultura |
Año del apunte | 2005 |
Páginas | 3 |
Fecha de subida | 21/06/2014 |
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Subido por | alarconte |
Descripción
Reseña del libro del economista politologo Richard Sennet, que habla del capitalismo flexible y sus consecuencias en la comunidad
"El tema que da nombre a su ensayo, la corrupción del carácter viene dada por la perdida ética del trabajo, donde no cuenta el esfuerzo ni la fidelidad si no solo la capacidad de adaptación, y el engaño de los puestos de responsabilidad de los “entrenadores de equipo”, en los que se convierten los antiguos jefes, haciéndose también “victimas involuntarias” del tiempo y las circunstancias, y la habilidad para sobresaltar por encima de los demás en la individualidad de los nuevos valores que pretenden que no nos importe la comunidad."
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Comentario: La corrosión del carácter. Richard Sennet
“La corrosión del carácter; Las consecuencias personales del trabajo en
el nuevo capitalismo”, de Richard Sennet, en un ameno ensayo sobre las
implicaciones sociales actuales que ha acarreado el cada vez más agresivo
capitalismo al último siglo, que llevamos sufriendo y pudiendo analizar desde
los años 80 en adelante.
Afirmo las consecuencias de las características que desde un punto de
vista imparcial advierte Sennet; el capitalismo flexible es la culminación de la
economía del beneficio individual, donde los trabajadores asalariados no son
más que gente aislada sin identidad laboral que se esfuerza para estar
preparada para cambiar de trabajo cada seis meses y aún así poder tener una
vida social y personal “encauzada”. Sennet nos habla de la perdida de valores
morales en el trabajo, donde deja de existir la fidelidad al y del empleado. La
falta de una narrativa laboral consistente desorienta a los trabajadores, que se
ven impedidos de dar una educación moral no hipócrita a sus hijos, al revés
que sus padres, que les educaron en el valor de la constancia y las carreras
para toda la vida. El hombre trabajador vive con la ansiedad de tener un trabajo
que no entiende ni puede controlar, (debido a la tecnología que usa y el
archipiélago de la jerarquía empresarial) que da nombre a la ilegibilidad de
Sennet, donde le despedirán en cualquier momento pese a que sea el mejor
trabajador de la empresa. Los despidos continuos son un factor recurrente de
la empresa flexible; El beneficio de esto para la empresa esta claro; los
primeros meses los trabajadores se esfuerzan más, y si estos no trabajan
demasiado tiempo en la empresa, no hace falta subirles el sueldo.
Sennet nos habla de las tres principales características de las empresas
que quieren flotar (y volar) es el capitalismo moderno; La reinvención
discontinua de las instituciones la especialización del poder. La flexibilidad así,
es un requisito indispensable del poder, cosa que no sólo caracteriza la
economía si no a los regímenes políticos.
La reinvención discontinua de las instituciones está actualmente basado
en un sistema de trabajo fragmentario controlado fácilmente por los programas
de software basados en SIMS, que ayuda a controlar en cada momento la
producción especializada, la actividad del personal y el control mejor de estos.
De esta reinvención surge el reeinginering; La reducción de puestos de trabajos
y la mejor organización de los que quedan en puestos “multitarea”. Sennet
denuncia con razón el fracaso de la reingeniería, pues los acabados de esta
son caóticos, y acaba en un reciclado interno de la empresa varias veces al
año. Es, sin embargo, una muestra de la flexibilidad que puede tener la
empresa, y que estas ven de manera positiva.
La Especialización flexible es la búsqueda de la empresa de estar al día
en el mundo y conseguir productos mas variados y más rápido, en una <<
estrategia de innovación permanente; adaptación al cambio continuo más que
un esfuerzo por controlarlos>> como nos cita Sennet de Michael Pione y
Charles Sabel. La comunicación inmediata y global permite a la especialización
flexible reprogramarse diariamente si hace falta, y las empresas tienen acceso
al mercado global, dejando que las demandas del mundo exterior de terminen
la estructura interna de la empresa. Poder especializar el producto de la
empresa durante unos días significa vender lo que mas demanda el exterior en
esos momentos, y ganar el mayor beneficio inmediato.
La concentración sin centralización es la desaparición total de la
jerarquía piramidal enfrente la red de células aisladas. Los programas SIMS
permiten a la isla del poder controlar cada isla del archipiélago empresarial, sin
la necesidad de intermediarios, si no directamente con los jefes directos de
cada grupo de trabajo, y aún así conseguir permanecer “en la sombra”; Esto
consigue suprimir mucha burocracia en la empresa, y aún así, conseguir un
poder más directo.
El capitalismo flexible hace aparecer así nuevos elementos que no
existían en el antiguo capitalismo; la desaparición de los vínculos ramales de
jefes y supervisores, y la adaptación del horario de trabajo a los deseos del
empresario, y que los cambios sean aceptados con sumiso autoengaño (lo
llamado horario flexible, que es flexible realmente para el empleador, no para el
empleado) El horario flexible a permitido la entrada al trabajo a mujeres y , en
menor grado, a estudiantes. Aún así, la elasticidad horaria en sólo entregada a
los empleados privilegiados; No por casualidad los horarios nocturnos son los
peor pagados y para la gente más necesitada. Así aparece también el trabajo
en casa, muy flexible pero no por ello falto de control y vigilancia.
Estas tres características del capitalismo flexible son una lucha contra la
rutina de la fábricas de los últimos siglos y una libertad engañosa para el
trabajador, puesto que somete a este a una vigilancia más directa que la
piramidal –la vertical-. Así, nos encontramos con una flexibilidad desordenada
pero no por ello más libre. El capitalismo flexible es el juego de “El ganador se
lo lleva todo”, el que más se adapta gana, y al que no le importa el numero de
recortes de personal a hacer con tal de mejorar la producción, o ni siquiera eso,
simplemente para demostrar la flexibilidad que se necesita para lograr estar en
la punta del Iceberg de la economía moderna.
Como había citado anteriormente, el capitalismo flexible presenta una
absoluta ilegibilidad de los medios de producción para los trabajadores; La
reingeniería provoca que la mayoría de empleados voten de trabajo en trabajo,
en los que no se necesita conocimientos especializados. Trabajan con unos
medios automatizados de producción que les impide conocer el proceso y les
aliena del producto final. La perdida consecuente de identidad laboral favorece
la perdida de hilo narrativo en las cada vez más irregulares vidas laborales del
pueblo medio; El termino “carrera” se vuelve estéril cuando el trabajador, en
vez de crearse una línea de avance laboral, beneficiando para el mismo, solo
participa en los juegos productivos de las empresas que se los van pasando
mediante los contratos temporales, que se han convertido hoy en el contrato
standard.
Sennet hace hincapié en una de las características en las que consiste
la “rutina” de la fluctuante economía moderna, el riesgo, y que ciertamente
pese a haber existido durante toda la humanidad, hoy se hace más valioso; No
el riesgo como un peligro controlado, si no una asunción del riesgo continuo si
se quiere beneficio. Con la ley “del que gana se lo lleva todo”, el que mas
arriesga más puede ganar, y el que no lo hace se estanca social y
económicamente. Esta política del riesgo provoca una gran ansiedad en quien
la practica, y da nuevos valores al trabajo; Hay que ser joven para mantenerse
en la brecha del riesgo, no importa la experiencia, es más, la experiencia es
una atadura para asumir decisiones que comportan riesgo con lo que la antaño
bien calificada “voz de la sabiduría” hoy es casi despreciada; No importa lo bien
que se sea trabajando durante treinta años, ya que quita, supuestamente,
flexibilidad mental. El riesgo se establece así como una pauta más del
capitalismo flexible. Desde la vieja bolsa, al riesgo moderno de asumir las
responsabilidades de cambiar de trabajo (y muchas veces de vivienda con ello)
sin perder rendimiento por la ansiedad, es el motor más importante de la nueva
economía.
El tema que da nombre a su ensayo, la corrupción del carácter viene
dada por la perdida ética del trabajo, donde no cuenta el esfuerzo ni la fidelidad
si no solo la capacidad de adaptación, y el engaño de los puestos de
responsabilidad de los “entrenadores de equipo”, en los que se convierten los
antiguos jefes, haciéndose también “victimas involuntarias” del tiempo y las
circunstancias, y la habilidad para sobresaltar por encima de los demás en la
individualidad de los nuevos valores que pretenden que no nos importe la
comunidad. El fracaso aparece en las vidas de trabajadores que no se han
arriesgado y han trabajado cómo hace un siglo a esta parte, mientras que los
jóvenes meritores del capitalismo flexible lo ignoran y lo añaden a sus
narrativas personales cómo recuerdos reprimidos de los que no hay que hablar
como si de la muerte se tratase, en vez de cómo avisos para mejorar el
sistema. El fracaso es un tabú; en la economía del riesgo uno no se puede
permitir no tener éxito.
Como todo teorizador del cambio, Sennet cierra su ensayo
recordándonos cómo solo la comunidad organizada, consciente de las
perversiones para el mundo del capitalismo flexible, puede impedir la
disgregación ultima de todos los valores humanos a favor de los poderosos
mercaderes del éxito que visitan la corte de Davos anualmente. Nos recuerda
<< que la economía global no flota en el espacio exterior >>, que somos parte
del engranaje de la gran maquina que no conocemos ni nos esforzamos lo
suficiente por conocer. El capitalismo esta basado en la más firme
independencia, el más caótico desorden frente al mundo, y destruye las
condiciones de bienestar cada vez más escasa que nos pueden otorgar los
regímenes políticos. Sin duda Sennet se posiciona claramente en el último
capítulo de su obra dejando de lado el tono imparcial, donde yo no veo más
solución que la suya propia; afrontar las desgracias que nos aporta el
capitalismo y que cada vez se dejan ver más como una comunidad que ha de
darse cuenta de su identidad y su fuerza. Termino afirmando como cierra
Sennet, que << un régimen (político y económico) que no proporciona a los
seres humanos ninguna razón profunda para evitarse entre si no puede
preservar por mucho tiempo su legitimidad. >>
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